Me dice que llegó
A mi vida,
el canto sosegado de la vida.
Donde ya las dificultades no me afectan
¡tanto!
como en mis maravillosas primaveras,
cuando estos llegan después de que se
cierran
las puertas de las alegrías,
mi alma se encuentra más serena y más
fuerte aún,
para enfrentarlas y poder cerrar la
puerta de mi corazón
a tiempo…
para que el dolor no apague la luz que todavía
queda en mi alma.
A esta edad aprendí,
que los amores del pasado
ya no pueden dañar al corazón,
se van
desvaneciendo de la vida
sin dejar huella…
solo se quedan ahí en un espacio
como simples recuerdos añejos
solo para los que quieran añorarlos.
¡Aprendí!
que el amor que sentimos cambia con la edad,
se va fortaleciendo con el dolor y al final…
aprendemos a valorar a la persona que nos
ama.
A esta edad,
ya no me asusta envejecer
mientras lleve en mi alma la juventud
que me enseñó la vida…
Sentir,
ese reflejo en mi piel madura
¡Sentir!
esa belleza que solo…
se puede comparar
con la calma que da un atardecer.
Mi edad me enseñó,
que los amigos se van,
como los años y que con el tiempo
nos queda una mejor amiga que es la
Soledad…
Cuando se llega a esta edad,
se empieza acortar
el sendero de la vida,
el mañana está ahí como un pendiente en
nuestro ser,
esperando que despertemos
para volver a ver el nuevo amanecer,
y nos dé la oportunidad de seguir
disfrutando,
¡la vida!
como el primer respiro,
la primera caricia,
la primera imagen,
la primera alegría,
el primer abrazo,
el primer beso…
el primer amor.
A esta edad sé que la vida
me seguirá dando bellos motivos
para seguirla viendo con optimismo.
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